martes, 28 de octubre de 2008

FRICCIÓN EN LA FRONTERA por Beatriz Rebollo

A modo de collage, La Casa Encendida nos presenta la obra de cuatro artistas indios contemporáneos que ejecutan su obra como síntoma ejemplificador de la realidad que les rodea, huyendo en todo caso de los estereotipos estéticos predeterminados de este país milenario. Pero, ¿Podremos asimilar desde Occidente una visión tan compleja de la escena cultural y política de la India, una vez han sido desechados los clichés construidos hasta el momento por nosotros mismos como se pretende?

“Reflejos de la India Contemporánea”, es un claro ejemplo de esta lucha por mostrar “el más allá”. Escapando del exotismo y el formalismo, el fenómeno del arte contemporáneo indio intenta desde hace algún tiempo rescribirse en la historia, una labor compleja en el campo del arte como ya apuntaron entre otros la teórica Rosalind Krauss o el teórico Hal Foster, pero un hecho posible en la actualidad ya que la India cuenta con artistas como los destacados en la muestra: Amar Kanwar (Delhi, 1964), N. S. Harsha (Mysore, 1969), Anup Mathew Thomas (Kochi, 1977), y Sheela Gowda (Bhadravati, 1957), que intentan a través de su obra artística y por diferentes campos disciplinarios –pintura, fotografía, instalación y video– romper con la imagen de la India que hemos heredado, y mostrar a partir de los principales temas de reflexión, una solución estética brillante a los problemas del mundo actual. Es así como estos cuatro artistas elegidos y futuramente elogiados, aunque procedentes de distintos lugares de la inmensa India, han encontrado en Madrid, un espacio común donde articular sus obras con un mismo fin, que es el de incluir a la India en los lenguajes contemporáneos del arte, pero a través de una mirada íntima y reflexiva.

Este fin es, por tanto, la guía del montaje expositivo. Nos sumergimos en él y es imposible realizar un análisis estético dejando a un lado el objetivo real de los artistas. Para ello, y tanto como un favor al público como al propio artista, la exposición se completa con cuatro documentales que permiten a los propios artistas explicar la gran complejidad de sus obras no sólo a través del medio artístico propio, sino de la palabra. N. S. Harsha, por citar a uno de ellos en primer lugar, nos muestra con un lenguaje contemporáneo las trasformaciones sufridas en su país enraizándolas en la sociedad (Meeting Wit) y se limita a traducir su obra como un producto de su tiempo. Anup Mathew Thomas muestra el mismo interés reflexionando sobre temas familiares, pero expresa su obra a partir del discurso narrativo de documentales (Well, Basically this is about Thomas Jacob) y fotografías (Metropolitan) que son fruto de su vida, su lugar de nacimiento, su familia, sus preocupaciones… Amar Kanwar, aparece en esta muestra con una sola intervención artística pero de gran peso (The Lightning Testimonies), una instalación que busca un lenguaje propio para expresar sus experiencias más traumáticas y que pone punto y seguido a la revolución del arte indio contemporáneo, al igual que pasó tiempo atrás con el arte chino. Y por último la única mirada femenina de esta exposición, Sheela Gowda, en la que no sólo destacan sus intenciones comunes a los otros tres artistas, sino también los materiales que utiliza para ello, elementos de uso cotidiano que guardan múltiples significados en sí mismos.

Por lo tanto esta decena de obras procedentes de la India no podemos considerarlas el comienzo de esa búsqueda de identidad en el mundo artístico contemporáneo actual sino un paso más, pero que ahora sí, gracias a La Casa Encendida podemos participar de manera activa. Pero no todo es un camino llano, ya que es imprescindible eliminar ese ser omnipotente occidental, o de otra manera dicho, esa visión de occidente que manipula al espectador cuando entra en contacto con el mundo oriental en general. Y vuelvo a preguntar, ¿Seremos capaces de no deformar nuestra mirada al mirar a ‘el más allá’? La realidad es que el mundo artístico de la India contemporánea no puede quedar reducido al seguimiento del arte occidental, ya que la realidad es mucho más compleja e incluso capaz de crear espacios de resistencia ante cualquier sometimiento, pero una vez más el destino puede cambiar porque no sólo depende de su labor sino de nuestra reacción. Esta exposición por lo tanto es un pequeño paso de gigante, que se verá reforzada por Arco 2008, el gran escaparate del arte contemporáneo en España, y enriquecido por dicha presencia.

No hay comentarios: