miércoles, 22 de octubre de 2008

NANCY SPERO: PASTORALES FEMINISTAS por Julia Ramírez

Nancy Spero. Disidanzas
14 octubre-5 enero 2008-10-16
Comisariada por Manuel Borja-Villel y Rosario Peiró
MNCARS


La artista norteamericana Nancy Spero realiza en el MNCARS su primera gran retrospectiva europea, que ya ha sido vista en el MACBA. Nunca antes había albergado el Museo Reina Sofía una muestra de arte feminista de esta envergadura. La exposición, comisariada por Manuel Borja-Villel y Rosario Peiró, recorre con rigor toda la trayectoria de esta creadora, hoy un clásico dentro de los estudios de género.

Desde sus inicios en París con las Black Paintings (1959-60), puede verse ya el tema de la angustia, que será uno de los núcleos de su obra. Esta visión trágica tomará pronto contacto con la realidad de su momento cuando, al volver a EEUU, la guerra de Vietnam reclame su intervención. Surge así la serie War (1966-70), donde Spero representa la guerra en términos sexualizados, mediante pequeños dibujos rápidos en un nuevo soporte que le acompañará desde entonces: el papel. La visión de los conflictos armados es similar a la de Masson: son representados como una especie de violación sexual en un ruedo de pasiones ilegítimas. Y así, desde la personalización del dolor colectivo, Nancy Spero pasará a preguntarse por cómo expresar el dolor y el aislamiento más íntimos. Ello le hará dirigirse Artaud, adoptando su voz como propia en las Artaud Paintings (1969-70) y luego en el extenso Codex Artaud (1971-72).

Aparece ahora una gran preocupación por la creación de un lenguaje nuevo propiamente femenino, conectando con la reflexión lingüística de autoras como Kristeva o Cixous. Si éstas se preocuparon por la palabra escrita, Nancy se preguntará por la voz icónica de la mujer. Combinando palabra e imagen, la artista irá formando un vocabulario de signos, con imágenes arcanas de distintas culturas. En una suerte de primitivismo feminista que comparte con otras muchas creadoras, busca en el pasado los ecos de una sociedad anterior al patriarcado, con diosas Madre e ídolos de fertilidad. Si la Vanguardia miró hacia atrás buscando huir del orden burgués, las feministas harán años después lo mismo, revisando un aspecto que éstos habían olvidado: la libertad de la mujer. La Era Matriarcal es la Edad de Oro. Nancy Spero dirá que “había creado un nuevo lenguaje de signos”. Esta lengua inundará las paredes y ocupará la arquitectura en obras como Let the priests Tremble (1988) o Azur (2002), representando el gozo, o denunciando la violencia, como en las diversas versiones de la Ballad of Marie Sanders.

Las obras tienen cierta intención de ser manifiestos, como lo son también Torture of Women (1976) o la última, Maypole: Take no prisioners (2007), contra la guerra de Irak. Y debido a ello, hay que preguntarse por el efecto de una obra que quiere incidir en el mundo. La intensidad de otras piezas contemporáneas del arte feminista, como, por ejemplo, la famosa Dinner Party de Judy Chicago (1973) nos hace preguntarnos si a pesar de sus intenciones Spero de verdad desafía al sistema. Su gran aportación es lingüística. ¿Puede su nuevo lenguaje generar cambios, escándalo, revolución? ¿Acaso con él puede cambiarse el mundo de la mujer?

No hay comentarios: