martes, 21 de octubre de 2008

EN CONTRA DE LO ESTABLECIDO por Libia Pérez

El MNCARS expone hasta el 5 de enero Disidanzas, la primera retrospectiva sobre Nancy Spero realizada en Europa. La exposición, comisariada por Manuel Borja-Villel y Rosario Peiró, viene del MACBA y viajará luego a Sevilla.

El trabajo de Nancy Spero se desarrolla desde los años 60 hasta la actualidad. En este largo recorrido la artista ha ido creando un lenguaje propio que emplea para combatir la guerra, la violencia y el patriarcado. Pinturas rápidas sobre papel que expresan su ira y su repulsión hacia un mundo de hombres dominado por la crueldad. Así, su obra se divide en etapas que, además de corresponder de manera cronológica con su vida, representan las distintas facetas con las que se ha identificado, personal, poética, pública, manifestal y componen el recorrido de la exposición.

Nancy Spero comienza su trayectoria rompiendo con los esquemas predeterminados para el arte de su tiempo, al contrario que lo conceptual o el minimal, ella emplea un lenguaje visceral, de una factura casi infantil. Tras sus primeras pinturas negras, realizadas en Paris, donde residió junto a su marido Leon Gloub y sus dos hijos, Spero vuelve a EE.UU y se implica en la lucha contra la guerra de Vietnam. Sus pinturas de guerra son las más abundantes y rompedoras. La artista sexualiza la violencia, otorga a la guerra cualidades masculinas y la representa de forma soez, con helicópteros que defecan bombas o que directamente se corren sobre las víctimas. Son manifiestos rápidos y directos por la paz.

Durante los años 70 Spero desarrolla su faceta poética, su redescubrimiento de Mallarmé y, sobre todo, de Artaud marcan un hito en su vida que deja una fuerte impronta en su obra. Spero se identifica con Artaud, lo convierte en su alter-ego y habla desde él para expresar su visión de la crueldad. El teatro de la crueldad de aquel se traduce en ella en forma de grandes pliegos de papel que, aunque mantienen el texto, conservan la esencia de la artista.

El universo de los poetas malditos marca su última etapa negativa para llevarle directamente hacia un universo de celebración. Es entonces cuando salta del papel a la pared, dándole a su obra un carácter más público, se interesa por los elementos eminentemente femeninos, como la danza y concibe una especie de alfabeto en el que cada letra es un cuerpo de mujer y el ritmo mallarmiano marca la composición. El público que antes recibía su obra como lector pasa a ser espectador, a implicarse con todo el cuerpo en la percepción.

Encontramos también en esta retrospectiva una serie de instalaciones que vuelven a los temas recurrentes de su obra, la lucha contra la guerra y la explotación de la mujer. La obra que cierra la muestra, Maypole, fue expuesta en la última Bienal de Venecia y se relaciona con la guerra de Irak. La repetición del tema se justifica por la repetición de la historia.

Resulta interesante observar como la obra de una artista pretendidamente marginal, se enmarca hoy en el seno del museo, con sus papeles bien enmarcados y las paredes de las salas que la albergan limpias e inmáculas. Es quizá esta contradicción lo que le resta a la obra de Nancy Spero su carácter contestatario para institucionalizarla y asimilarla al circuito del arte.

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